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Yo, soy del Atlantico

Hace ya mas de 40 años, estábamos de viaje mi madre y hermano junto a mis tíos y primos en un vuelo a Italia desde de Venezuela. Yo tenia 18 anos.

Estaba sentado al lado de mi tío Nevio.

Y le estuve preguntando sobre su natal Italia, la guerra que lo obligo a emigrar y no sé por qué le pregunte:

 ¿Tio, de donde te sientes después de todos estos años ?

El me miró y sonrió, diciéndome:

“Querido sobrino, yo he llegado a la conclusión que tengo un pie en mi natal Italia y otro en mi querida Venezuela. Como dicen, es el mal o la fortuna del emigrante pertenecer a dos mundos, el que dejas y el que te recibe en busca de “la buona fortuna.”

¿Sabes por qué?

Déjame contarte.

Recuerdo como hoy, el día que llegué a Venezuela un día soleado y caliente, con apenas 15 dólares, mi pequeña maleta y mis grandes sueños.

Esta tierra me recibió con trabajo y cariño. Tanto así, que en un par de años me casé con tu tía y me dió tres hijos.

Ahora hasta tengo pasaporte nacional y carnet de identidad como criollo naturalizado.

Pero en la calle, la gente me llama Musiu y me pongo colorado con el intenso sol caribeño.

Soy por ende, siempre un extranjero.

Por otro lado, recuerdo años después, junto a tu tía y tus primos aún pequeños, ir de vacaciones a Italia.

Estaba orgulloso de mis avances económicos ya que mandaba dinero a mi madre y hermanas.

Cuando llegue a mi ciudad natal, me sentí algo extraño porque muchas cosas habían cambiado y no pude evitar pensar cuando casi me matan los soldados alemanes al final de la guerra.

Un día me reuní con mis amigos de la infancia. Recuerdo cuándo me señalaron que ahora consumía más arepas y whisky que pasta y vino.

Y el momento que me dijeron que ya era un “Americano.”

Recuerdo cuánto me molesté y muy ofendido les dije que cómo se atrevían a llamarme así, porque yo era tan italiano como ellos.

Pero ellos, se rieron y me dijeron que no me molestara ya que ellos tenían muchos familiares emigrantes también. Sabían que ya no eran tan italianos porque se habían asimilado a su nuevo terruño y eso era muy común.

Entonces, me calmé porque vi que no me minusvalian y seguían queriendo como siempre.

Nos tomamos unos unos vinos y la pasamos muy bien.

Por muchos años mantuve mi amistad con ellos hasta que cada uno fue muriendo y ahora sólo quedo yo.

Entonces, hace un par de años, me sentí algo triste porque ya tus primos estaban grandes y casados haciendo sus vidas.

Yo estaba solo en mi estudio,  oyendo el partido de mi equipo la Juventus de Turín, mientras me tomaba un refrescante jugo de caña de azúcar por el fuerte calor de Maracaibo.

No pude dejar de pensar de dónde era y me dije:

“En Italia soy Americano y en America soy siempre un Musiu.

Soy de los dos a medias pero completamente, de ninguna parte.

Me sentí triste y apatrida. Entonces me acordé estando en el barco, en el medio del Atlántico en camino a la America en 1946.

Recuerdo cuánto adoré el Inmenso Océano y le confesé mis sueños y temores.

Sentí la energía de sus olas poderosas y azules y luego, un suave susurro a través  de la brisa marina. Me decía que todo saldría bien y que tuviera fe en mi esfuerzo y pasión por la vida.

Lloré y le juré que así lo haría.

Y te confieso que nadie supo este juramento hasta hoy mi querido sobrino.

Ya ves, el Atlántico se convirtió en mi hogar y guía.

Concluí que es allí dónde reside la esperanza de una mejor vida y también la tristeza por dejar atrás mi infancia.

Por eso, declaro: “Yo, soy del Atlántico!”

Me le quedé mirando y casi lloré con él, que no pudo evitar un par de lagrimas en sus ojos.

Luego me dijo que yo era también su compatriota Oceánico porque ya notaba en mí esa curiosidad y ansia por conocer nuevos mundos.

Sonrió, llamó a la azafata y le pidió un par de whiskies para brindar por nuestra nacionalidad.

Pasaron los años y yo emigré de Venezuela tres veces y ahora, vivo con un pie en cada orilla del Atlántico.

Hoy le rindo homenaje a mi querido tío que murió en America pero su alma yace en el océano como la mía, hoy en vida.

Levanto mi copa y brindo por el Atlántico,

nuestro hogar y definitivamente,

nuestra patria!

                                                                  Jorge Troncone O.

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!Abre los Ojos!

¡Abre los Ojos!

 

Hoy es una mañana soleada y azul con trazos de nubes fugaces y alargadas en el horizonte. Parece infinito de posibilidades y pienso de todo, especialmente absorbido por sueños y deseos que me abstraen de la calle que piso y el edificio en semi ruinas qué paso al caminar.

Me dije: “Abre los ojos.”

Al ver que un auto ruidoso se me aproxima e interrumpe mi encuentro con el magnífico paraíso azul y dorado dentro de mi.

No puedo evitar sonreírme, viendo el auto alejarse y mis sueños retomando mi caminar.

Me asombro con la hermosa visión que permanece clavada en mis ojos.

Más allá de la mera vista, trasciendo con los lentes del espíritu abierto a todo mas allá de lo concreto frente a mí.

Así, me lleno de fresco aire, cálido sol y hasta percibo el aroma del mar  que aunque lejos en millas está muy cerca y todo esto es posible porque abrí mis ojos y los mantengo bien abiertos.

Ahora, empiezo a sentir el frescor de otros sitios lejanos como Madrid, Jamaica y hasta Australia se hace presente con su transitar de canguros y gente cerca del Océano Pacífico.

 

Soy capaz de contemplar la gente que tanto quiero y la siento a ella, mi mujer tomándome de la mano, está mañana en la cama, al amanecer.

Y siento la presencia de mis viejos  amigos lejos de mi.

Las distancias ya no importan porque hoy, abriendo los ojos, los tengo conmigo.

 

Vuelvo a tomar una mirada al cielo azul e iluminado, lo saludo y aprecio mi vida hermosa, ahora que aprendí a abrirle los ojos, del alma.

 

Jorge Troncone O.

 

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Inmortal(es)

Inmortal(es)

 

Hoy en una cafetería durante la media tarde, no pude evitar observar una familia, Estaba el padre comiéndose un sándwich en silencio.

La madre, una mujer robusta y alta, de unos 48 años con un vestido de verano de esos arrugados y frescos.

Ella estaba conversando con sus dos niñas de  unos 12 y 9 años.

De repente noté un silencio absoluto y vi que la madre, se quedó callada, mirando al infinito.

Sentí un dolor en su mirada al vacío y me conecté con esta extraña mujer en ese preciso instante.

Luego, ella volvió de sí, y respondió a las repetidas preguntas y quejas de su hija pre-adolecente.

La chica le respondió con fuerza y el padre no hizo nada al respecto.

Yo reaccioné con malestar, ya que su molestia era la mía.

Sentí en silencio su breve mirada. Vi en sus ojos azules profundos una larga historia de sufrimiento, valentía,

pasión y lucha por la vida. Comprendí el por qué de su fuerte presencia en la vida.

 

De repente, caí en cuenta que esta señora y su familia nunca más los volvería a ver.  Me dió pena la dureza de la realidad ya que experimentaba una conexión cercana. Y hasta sentí que la extrañaría a ella.

Supe que podría darse un re-encuentro pero no sería igual porque estaríamos en otra atmósfera o momento de vida.

 

Entonces pensé que nuestro encuentro en este instante solo podría sobrevivir el olvido con una foto o escritura.

Me aterrorizó que se disolviera en el tiempo en cuestión de segundos o minutos, con el paso del viento y las nubes.

 

Me consolé al percatarme que escribiendo sobre estos momentos evitó su muerte.

Descubro que escribiendo hago estos momentos de personas y esquinas con sus sentimientos y sueños, inmortales.

 

Al escribir, los sello en la memoria sin olvido posible. Y eso es hermoso.

Por eso, escribo como un loco, sobre este encuentro lleno de significado amplio y profundo.

Y quién lo lea, sienta lo que sentimos hoy, estos dos seres, en el medio de una tarde cualquiera.

Ahora inmortales.

 

Jorge Troncone O.

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Mundos

Mundos:

 

Todo depende de tus más increíbles sueños. Esos llenos de ilusión por lo imposible.

Desde las estrellas o tal vez, como parte de ellas, en su fantástica luz multicolor.

Dónde la energía y la masa se confunden sin aparente control, ni razón posible.

No dejándome otra alternativa que dejarme llevar con su energía pura, a dimensiones de existencia nunca vistas.

Así, caminando en el espacio, sin arriba ni abajo, hipnotizado en serenidad sublime.

Dónde mi centro es mi palpitante corazón y mi destino, el amor por el Universo, que me nutre y llena de su espíritu.

Más allá de lo conocido y más allá de toda posible visión. Descubriendo que soy inmortal con mis sueños llenos de pasión y amor por ti. Ellos, me proyectan puro, lumínico y cálido.

Así, la muerte será tan distante que cuando ocurra, cual supernova, ya  seré parte de otra estrella.

Siendo siempre lo que mis sueños determinen, porque con ellos, es cuando existo.

Si alguna vez, dejo de soñar será cuando sienta el paso de los instantes y me esclavice al duro y frío cemento. Dónde desesperado, siento venir la muerte.

Por eso, sueño todo lo que pueda y termino viéndome como un anciano caminando en el parque de estrellas.

Lleno de recuerdos y riéndome de mí mismo.

De repente, sueño con ella y su amor de siempre. Y veo cómo se materializa a mi lado. Tomándome de la mano, juntos disfrutamos el espectáculo galáctico.

Y con los sueños, nos vamos a otras sendas, a otras ilusiones, a otras vidas, y definitivamente, a otros mundos.

 

Jorge Troncone O.

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Resiste!

Resiste!

 

No puedes rendirte porque si lo haces, sientes que mueres o te disuelves en el estrepitoso  y profundo vacío del abandono de este violento mundo. Dónde, si te mueres o evaporas, nadie sabrá que exististes o importastes.

Y no habrá una lágrima por ti,ni una rabia por ti, ni una pregunta por ti.

Desaparecerás de la faz de la tierra, sin ton ni son y la nada de la nada se impondrá.

Lo más horrible será presenciar tu propia desaparición. Desvaneciéndote lentamente como un espejismo, hasta que solo quede el horizonte distante sin ti. Y no pertenezcas a este o ningún mundo.

Y es por este terror intolerable que rehusas detenerte.  Y resistes desesperadamente sin descanso posible, ni ayuda o soporte de nadie ni nada. Solo tú resistes este mundo inmisericorde.

Respirando hondo, caminando con fuertes pasos, hablando alto y si es necesario, gritarndo y gesticulando con desgarro hasta que te salga sangre por los oídos, hacerte sentir.

Aunque sea un instante, a través de los ojos y miradas de otros, constatar que existes.

Hoy, has logrado no desaparecer.

Hoy has triunfado sobre tu terror al vacío, a la nada, a la inexistencia.

Hoy estás presente  y el Mundo se ha percatado de ti, aunque sea sólo hoy.

Y quién diablos realmente sabe si tendremos mañana!

Hoy es todo lo que tenemos. Y hoy estás aquí en el mundo.

Así que, disfrútalo, porque hoy has triunfado,

Con tu admirable resistencia!

 

 

Jorge Troncone O.

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Prohibido Ver(te)

Prohibido Ver(te)

Cuando escribí Amira, la marcada por la razón al amor.

Lo hice por mi encuentro con gente inmersa en la cultura del Medio Oriente.

Desde niño tuve contacto con judios y árabes en el vecindario y la escuela. Hasta mi hermano tuvo una novia Siria musulmana. Yo tuve amigos Libaneses cristianos y musulmanes y también judios franceses y alemanes sobrevivientes del holocausto.

Tuve una novia judia y he estado en Tangier y el sur de España en repetidas ocasiones donde la cultura mozárabe está por doquier.

Ahora bien, siempre me ha intrigado el papel de la mujeres del Medio Oriente.

 

Primero, son hermosas y exuberantes.

 

Segundo, no hay forma de relacionarse con ellas directamente, eso está prohibido.

 

Tercero, deben taparse el cabello y partes del cuerpo con diferentes tipos de ropajes dependiendo el nivel de ortodoxia en la familia san judios o musulmanes.

Estas impresiones nunca dejaron de instigar toda clase de ideas pero más que nada preguntas como:

¿Y por qué no pueden hablar contigo sin permiso?

¿Y por qué siendo tan lindas no tienen derecho a escoger su novio u esposo?

¿Y por qué deben taparse el cabello o inclusive, todo el cuerpo, incluida su hermosa cara?

 

Debo confesar, que mis reacciones de adolescente fueron primariamente de desagrado hacia la cultura Arabe, ya que la judía era menos aprehensible con mostrar el cabello.

Tuve poco contacto con los judios ortodoxos que le tapan el cabello a sus mujeres y taparse los hombros y brazos y vestir faldas hasta los tobillos y prohíben el uso del pantalón.

Yo quería tener la libertad de hablar con ellas y ser amigos o novios. Eso era lo que me interesaba como joven en busca de amor.

Desde allí, empecé a buscar información sobre la cultura del velo o hiyab en el Medio Oriente.

Descubrí varias cosas.

 

Primero, el cabello es un signo del estado de salud y bienestar de la persona.

 

Segundo, la mujer es considerada un ser a proteger en la familia. Es decir, que es frágil y delicado y deseable por los varones y debe ser protegida constantemente.

 

Tercero, tiene muy limitado o ningún voz ni voto en la familia. Los patriarcas deciden todo sin consultar con sus hijos ni mujeres absolutamente nada.

 

Cuarto, las mujeres deben ser obedientes a sus padres, hermanos y finalmente, esposos o llamados guardianes.

 

Quinto, no tiene derecho a mostrarse en público y mostrar el cabello y la cara debe ser reservado estrictamente a la privacidad de la familia.

Aquí es cuando me detengo a tratar de entender por qué precisamente cubrir el cabello.

¿Cual es su significado?

 

Aprendí que según el Koran el velo es para proteger a la mujer de los posibles acosos de los varones.

El velo oculta la belleza y atracción de la mujer. Al cubrir el cabello, el pecho, y todo el cuerpo, excepto las manos y los ojos, evita cualquier atracción insidiosa y acoso sexual.

Finalmente, es símbolo de humildad.

Todas estas razones generaron una simple pregunta:

¿Por qué a las mujeres hay que protegerlas de dichos posibles asaltos sexuales en estas sociedades?

¿Es que acaso los varones no tienen auto-control de sus instintos sexuales o no hay leyes que castiguen tal hechos como delitos?

 

Aprendí que en estas sociedades donde domina la sharia, si ocurre un acoso sexual. Se culpa a la mujer, por haber incitado al varón y la palabra de este vale el doble que el de la mujer.

Si la mujer no estaba acompañada de un hombre de su familia o un guardián y no vestía velo, entonces es justificado su asalto.

Ademas, no se castiga al asaltante sino a la mujer por incitadora se me entrega a su guardián para que la discipline.

Entonces pregunto: ¿Los que asaltan sexualmente son entonces víctimas de los encantos de la mujer?

¿O hay algo más profundo que es el concepto de mujer?

 

En el Medio Oriente las mujeres musulmanas o judías ortodoxas como son vistas?

¿Cuál es su papel en la familia y la sociedad?

 

Si partimos del uso obligado del velo para su protección determinamos que es una sociedad donde los varones dominan todo. Donde ellas deben tener un guardián- padre, hermano, tío, primo o esposo- para evitar cualquier acoso que está latente en todo momento.

 

Es una sociedad donde la mujer es considerada un ser débil, peligrosamente atractiva e incitadora de incontrolables deseos sexuales del varón.

Por ende, debe ocultarse en el hiyab, ser obediente, modesta y sumisa y todo esto, por su protección del todopoderoso varón.

 

Así, no puede decidir con quién casarse, ni cuántos hijos tener, ni trabajar o estudiar sin permiso de su guardián.

 

El concepto de libertad individual en la mujer es casi inexistente, si lo comparamos a las sociedades occidentales.

Yo pienso que el velo o hiyab, es el símbolo de dicho concepto de la mujer.

Y así lo expongo en mi relato.

¿Que piensas tu?

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Amira, la marcada por la razón al amor

Amira, la marcada por la Razón al Amor

Ella viene de una pequeña comunidad musulmana muy conservadora de Túnez, igual que muchas otras, donde el modernismo europeo se critica por corrupto y en detrimento en contra de las leyes sagradas del profeta iluminado e incuestionable Mahoma. Sin embargo, y en medio de este estado de cosas, Amira nació con un talento para descifrar detalles y nunca olvidar, lo cual puede ser muy peligroso a la hora de discutir cualquier asunto con los padres, familiares, inclusive con amigos y compañeros de escuela, ya que su inteligencia cuestiona e incómoda los dogmas de la fe y las buenas costumbres.

 

Ella sabe que millones siguen la fe, pero observa y hasta duda, y eso es peligroso, más por ser mujer porque la catalogan de hereje, puta o loca. Por ende, causante de vergüenza a su familia, lo cual es imperdonable y hasta se insinúa el suicidio como única forma de limpiar la afrenta al honor familiar.

Esto resulta absurdo y violento contra las mujeres. «Debe ser por miedo a nosotras y a nuestro poder de controlar la reproducción» dice Amira cada vez que elucubra al respecto. Pero bien, entre tanta fe y costumbres represivas y hasta violentas, descubrió el derecho a amar de forma libre y de acuerdo a su raciocinio y sentido común. Leyó libros sobre la revolución francesa basada en la igualdad, fraternidad y humanidad y, para colmo, a Descartes y su famoso cogito ergo sum. Siguió con Kant y descubrió a Camus y a Sartre.

 

Así, embadurnada de duda, razón y contradicción, se encontró un día por accidente con un vecino que no veía hacía años. Su nombre, Mohamed. Lo encontró en el autobús yendo a la Universidad, leyendo. Ella pudo leer el título del libro, era La peste, de Camus. Sin percibir mucho su presencia, él le dijo que se le se le había caído el lazo. Ese que su madre le amarró a su largo y hermoso cabello y hasta le trató de tapar con un pañuelo, pero ella se lo quitó apenas salió de casa en franca rebeldía, como tantas otras veces.

 

Amira sintió agrado y curiosidad por conocer a ese joven alto, atractivo que leía a Camus, lo cual, por arte de magia, se cumplió casi inmediatamente al oír de él un comentario del libro y preguntándole su opinión. Ella, haciéndose la desentendida, pero muy mal actuada, le respondió que no creía entender el propósito del comentario. Él reaccionó con tono alto de voz diciendo: «¿No te das cuenta que la razón del existencialismo es que no valemos nada y la vida no tiene sentido? Y, más aún, olvídate de eso que llaman el destino y más absurdo todavía creer que está escrito en un libro, por muy sagrado que lo cataloguen».

 

La gente se volteó a mirarlo y tuvo suerte de que la mayoría eran jóvenes universitarios, algunos hasta se rieron, pero uno que otro viejo empezó a nombrar a Alá y el Corán e incluso se bajaron del autobús.

 

Este acto fue como un tsunami para ella y de ahí en adelante se declaró su admiradora y sintió pasión por sus palabras, su forma de hablar y su concepto contra todo lo que ella odiaba y despreciaba en su vida. Lo vio cómo su héroe de caricaturas y hasta se criticó tanto ahínco y tanta pasión, pero no lo podía controlar.

Así, sin tapujos, se le sentó al lado, lo miró sin decir palabra por un largo rato y él hizo lo mismo; se sonrieron y se contaron sus vidas, sus sueños y allí planearon su futuro juntos. Con un agarre de manos fuerte y apasionado se bajaron del autobús y acordaron escaparse a París esa misma noche.

 

Y parece un sueño, pero unos días después se despertó en un pequeño cuarto casi irreconocible, su habitación en el barrio parisino de Saint Germain. Un poco asustada, se levantó y lo vio a él leyendo a Sastre y rascándose la cabeza.

Mohamed levantó la cabeza, le sonrió, dejó el libro y la invitó a abrazarlo; se la comió a besos y ella a él.

Y como iguales en el amor, en la vida y en plenitud, siendo tal vez la única de ese pequeño pueblo tunecino, y tantos más donde las mujeres son seres obedientes o pasivos, que no aportan mucho y, si lo hacen, no reciben reconocimiento alguno… ¡pero no Amira, nunca Amira!

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Padres con hijos brillantes

Padres limitados con hijos brillantes

 

Este relato se basó en un encuentro accidental en un restaurante de comida latinoamericana en los Estados Unidos de Norteamérica.

Fue una tarde cualquiera donde yo estaba cansado de un arduo día de trabajo y de repente me cautivo el ver a una niña de menos de 6 años de edad.

 

Ella estaba con su padre quien vestia de obrero de la construcción.

Este la abrazaba y dedicaba su atención exclusiva embelesado con sus gestos y vivida conversación.

Pude notar que tenía un vocabulario sumamente elaborado al hablar con la cajera del restaurante y además ser ella bilingüe y su padre, difícilmente hablaba apropiadamente el castellano.

 

Me pregunté:  ¿Suponiendo que esta niña es brillante o genio como bien parece?

¿Cómo esto afecta a la menor y más aun a sus padres para no incomodar a sus padres en público?

 

Los niños genios sufren tanto o más que los incapacitados ya que tienen pocos mecanismos de ajuste a la norma común. Esto, crea conflicto y tensión y los resultados muchas veces son extremadamente negativos y hasta destructivos.

Al menor, se le exige obediencia y esto, muchas veces, choca con la capacidad de razonamiento de estos niños que consideran absurdas las reglas de los padres.

Inclusive, las cuestionan de forma tan elaborada que puede crear temor y hasta desorganizar a los padres haciéndolos reaccionar de forma inadecuada y hasta abusiva.

Otras veces, el niño se auto limita por miedo a perder el amor de sus padres y puede llegar a mediocratizarse y ser uno más del montón, para no llamar la atención.

 

La pregunta que queda es entonces:

 

¿Qué hacemos con los niños genios y sus padres para lograr un desarrollo máximo de los primeros y una aceptación y entendimiento de los padres a dicha realidad?

 

¿Y tú, que piensas al respecto?

 

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Si lo sé, pero ellos no saben que yo sé

Si lo sé, pero ellos no saben que yo sé

Si supieran que sé tanto, y más que ellos, pero no deben saberlo o me guardaran secretos que creen que no entiendo.

Pero si lo sé y mucho más.

Por ejemplo, saber cuándo se encierran en silencio a darme un hermanito y que mi Mamá prefiere.

Por eso sé que mi padre se siente mal.

Y también sé que, por eso, me lleva con él todo el tiempo, me compra regalitos en secreto, y me dice incesantemente que me quiere mucho.

Yo se tanto que me doy cuenta como si fuera ellos, pero en este cuerpecito que tengo.

 

Una vez se me ocurrió hablar y decir lo que pensaba. Pero ellos se contrariaron todos y no sabían ni cómo responderme a mis agudas e inteligentes preguntas.

Allí, me di cuenta, que, si quería mantener su amor y la Paz en la casa, tenía que hacerme la tonta, o por lo menos, comportarme como ellos esperaban.

Ser una niñita de 5 años y medio que apenas sabe los números y las letras.

Y así, empecé a considerarme extraña y hasta anormal o enferma por ser y pensar de esta manera hasta que vi una película en secreto, por internet, mientras mis padres dormían o hacían el amor.

 

Se trataba de Leonardo Da Vinci, y vi cómo fue tan adelantado para su tiempo, y lo llamaron genio.

Me di cuenta, que yo podía ser como el, pero en femenino.

Me aboqué a buscar historias de mujeres geniales y descubrí muchas, entre Legos y pinturitas para no levantar sospechas de mis padres, a quienes engañaban con creciente facilidad, al punto de sentirme culpable.

 

Sin embargo, y a pesar de todo los quiero y los necesito porque aún tengo este cuerpecito frágil y diminuto. Y, además, quien me va a creer que soy lo que soy, y si así fuera, quien no me trataría como un ratón de laboratorio. Eso también lo sé.

 

Prefiero la ignorancia de mis padres en amor y darme este tiempo llamado infancia para divertirme, mientras aprendo, mucho más que mis maestros y profesores pueden enseñarme. Y así, llegar a la Universidad y graduarme a eso de los 15 años.

Porque no puedo estar de vacaciones toda la vida tampoco.

 

¡Yo soy una niña responsable, como dice mi padre, mi adorado padre que me quiere tanto, de verdad y sin límites, y eso, no lo consigo, aun siendo Albert Einstein!!!

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