Cielo
Limpio y llano, ese cielo que acaricia mis ojos y pinta mis labios hacia la sonrisa con su azul y dorado.
No dejando duda, ni temor alguno.
Llenado todo, absolutamente todo con esperanza cierta y total.
Lo vivo desde dentro, lo exhalo y distribuyo por el mundo a fuerza de sueños con pasiones insaciables.
Y así, acariciando suavemente las nubes en mi mágico ascenso. Avanzó hacia los astros luminosos y devoró su luz hasta convertirme en uno de ellos.
Proyectando luz a los perdidos en sus tormentos, guiándolos al libre e infinito cielo de todos.
Jorge Troncone O.
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